A propósito de la infografía ofrecida por Vinka Jackson respecto de las siete herramientas para prevenir el abuso sexual infantil quisiera comentar y valorar algunos de sus aportes.

En primer lugar, se trata de un tema respecto del cual a todos y todas nos cuesta hablar. A pesar de ello, si ponemos empeño en tratarlo entre padres, madres, educadoras, educadores y profesores y profesoras, estaremos generando una barrera importante a la ocurrencia de este grave delito hacia niños, niñas y adolescentes. Es lo que llamamos, “el control social”, porque nos permite contar con un vocabulario y conceptos para referirnos al abuso sexual infantil, en diferentes contextos y situaciones. El manejo de estas nociones básicas nos ayudan a tener una mirada lúcida (confianza lúcida, J.A. Murillo) respecto de los niños, niñas y adolescentes bajo nuestra responsabilidad y cuidado.

Otro aspecto a relevar de la infografía, es el hecho de que todo establecimiento educacional, sea sala cuna, jardín infantil, play group, educación parvularia, básica y media, debe contar con un reglamento interno que incluya el protocolo para la prevención y acción ante el abuso sexual infantil. Además de este protocolo, el de convivencia escolar es también obligatorio. Ambos deben ser públicos en la página web del establecimiento o estar a libre disposición y solicitud de madres, padres o apoderados de niños, niñas y adolescentes. En caso que ello no se cumpla, el establecimiento educacional arriesga importantes sanciones desde la Superintendencia de Educación. Es nuestro deber como padres, madres y apoderados, conocer dicha herramienta, solicitarla al establecimiento y requerir de éste capacitaciones actualizadas a este respecto.

Por último, el modelo educativo y de promoción de un desarrollo de progresiva autonomía para niños, niñas y adolescentes, que se nos propone, basado en los derechos, en las preferencias y límites, constituye una trilogía pedagógica que puede implementarse como base de una convivencia de cuidado, de buen trato y de prevención del abuso sexual infantil. Que los niños, niñas y adolescentes conozcan sus derechos, aquello que los protege, aquello que asegura su bienestar, que puedan demandarlos, expresarlos en palabras, comunicar sus preferencias, de colores, texturas, amistades, juegos, así como reconocer límites, sus límites físicos, cansancio, alimentación y otros que puedan gradualmente ir asumiendo por delegación responsable de sus padres, madres y principales cuidadores.

Hacernos cargo como adultos del pleno desarrollo de niños, niñas y adolescentes y de su cuidado, es un desafío que nos puede parecer excede nuestras fuerzas a pesar de lo cual, contamos alrededor nuestro con otros padres, madres, cuidadoras y cuidadores, amigos y amigas con quienes podemos compartir nuestras dudas, temores y aprender con ello, unos, unas de otras y otros. No estamos solas y solos, juntarnos y conversar de estos temas es un paso valioso para hacer este camino en compañía, apoyados y apoyadas.